Me aferro a la constante sorpresa de saber que existimos, que somos carne y tiempo, que somos una leve prolongación hacia lo indefinido. Un cielo de incertidumbre a cada paso, a cada beso, a cada bocanada de aire, a cada verbo que se hace materia.
sábado, 24 de abril de 2010
Los iguales, temen convertirse en invisibles,
Los invisibles, temen con no dejar de ser nunca los diferentes,
Los diferentes temen que los iguales tengan tanto miedo de no ser vistos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario