miércoles, 21 de julio de 2010

identidades de género por: Matias Prieto


Claudia Vásquez Haro

“Una mujer que no se reduce a la genitalidad”

Nuestra cultura nos enseña “una sola manera de conocer al hombre y a la mujer”, asegura esta mujer de 34 años de edad quien agrega que la burla, la discriminación y el prejuicio de la sociedad construyen la exclusión.

Claudia Vásquez Haro es la primera estudiante transexual de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata. Dicha institución, prestó oídos a los reclamos de Claudia para ser llamada por su nombre de mujer. En esta entrevista habla de su experiencia por la Casa de Estudios, la presencia de la diversidad sexual en los medios de comunicación masiva y la relación del colectivo trans con las leyes argentinas.

Si vos tuvieras que definirte ¿cómo lo harías?

Como Claudia. Una persona que construyó si identidad en base a sus prácticas. Una mujer que no se reduce a la genitalidad.

¿Qué significó que la academia respetara tu identidad de género?

Eso habla de todo un proceso y un cambio cultural. A nosotras nos han mantenido en la clandestinidad. Pero pienso que los grandes cambios se van dando de a poco y lo del respeto a la identidad de género en la academia es un avance en materia de derechos humanos.

¿Quién es Claudia para la ley argentina?

Claudia, para la ley no existe. Hasta que no exista un reconocimiento de nuestra identidad de género, desde el mismo Estado en todas sus dependencias, no somos ciudadanas plenas de derecho. Por eso tenemos problemas cuando nos presentamos con el DNI, con una identidad que a nosotras no nos representa. Es un nombre que no se correlaciona con la realidad que tenés ante tus ojos. Estudiar, trabajar, acceder a una vivienda es dificultoso gracias a que no existe una ley que ampare las identidades de género.

¿Cuales son los espacios que la sociedad les deja al colectivo trans?

El único espacio que las chicas trans han podido ocupar, es la calle, mediante la prostitución. No se trata de una elección propia. En la apropiación del espacio público es donde nosotras utilizamos nuestro cuerpo. Estos espacios son en definitiva los espacios hegemónicos y del poder. Uno va ganando visibilidad disputando escenarios y la calle es uno de ellos, como para mí lo es la Academia. Nos cansamos de vivir en la clandestinidad, en el anonimato, en la noche. Hay que empezar a ocupar otros espacios; las universidades, las escuelas, la calle misma como espacio de lucha y visibilización. En definitiva, todos los espacios posibles y públicos desde donde plantar nuestra presencia.

¿Qué significa a nivel personal tu actividad como docente en la Facultad de Periodismo?

Es parte de mi activismo poder impartir conocimientos a los futuros comunicadores sociales. Para mí, la Facultad es mi casa, trabajo con total libertad estas temáticas sobre género. Nuestro trabajo no sólo está en el plano de lo discursivo sino también en el de las acciones como el hecho de dar clases, acercarles a los alumnos los materiales e investigaciones que realizamos, ya sea desde el periodismo o desde otras áreas investigativas.

En los últimos años, los medios de comunicación masiva, en especial la televisión a ha mostrado la diversidad sexual ¿cómo te parece que muestran a las figuras trans?

Esa exposición en los medios habla de un avance, pero es preciso ver a las cuestiones a contrapelo. Por un lado, hablan de un crecimiento y por otro de un estancamiento porque ser trans, para el estereotipo televisivo, es ser vedette o prostituta. No hay otra opción aparente. ¿Qué sucede cuando una chica trans consigue algo, por ejemplo relacionado a los derechos humanos o en materia de intelectualidad, aquellas trans abogadas o en mi caso periodistas? También son reducidas al ridículo y los periodistas caen en un mero sensacionalismo: si sos linda o sos fea, si sos masculina o femenina. Destacando esos detalles hace que se pierda el objetivo principal de la lucha y la militancia.
No hay que olvidar, que los medios masivos de comunicación son empresas que venden productos ¿que es más rentable, poner una trans que sirve para hacer reír, o a una trans ingeniera o abogada? Lo que seguro gustará a la gente es una que haga reír, por que la otra no vende.

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